El tiempo ha pasado, hemos cambiado y somos iguales.
El tiempo se detuvo y solo entendía su paso a través de la luz que se colaba por las cortinas, como se iba convirtiendo en oscuridad para ser luz nuevamente.
Entre tu voz, la risa, el alimento de la esencia de la espera, me perdí; huí de ese mundo externo en donde existen cánones de conducta, donde existe la gente y los medios de comunicación, donde existe la moral, el recato, los estándares de belleza y bien y mal... si bien me lo decías, lo único que importa es este mundito nuestro... no hables, no pienses... lo intenté, en serio que sí, pero no puedes pedirme algo así, no entonces, no ahora, no nunca, pero aún en el vórtice de mis pensamientos lograste, con solo una mirada, acallar mi cabeza y abrir mi alma como nunca me lo había permitido, no contigo, no por miedo... ese mismo que siento ahora, ese mismo que seguirá hasta que todo quede quieto y la calma del tiempo pasado.
Me pregunto ahora si podré esperar cinco años mas y la respuesta es concreta y clara, podría esperar la vida entera, ahora entiendo tus palabras, la espera, lo entiendo todo, pero prefiero no esperar mas, quisiera el tiempo con mas velocidad...
Cinco años, diez años, cien años, mil años.... ¿Qué mas da?
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