martes, 13 de agosto de 2013

Soledad, distancia y pensamiento

Siempre ha sido la soledad una buena compañera, a pesar de la compañía, del momento o del pensamiento misma, es una amiga inseparable que acompaña mi alma. Últimamente me he sentido sola en etéreas compañías, fantasmas de humo que se van deshaciendo con la facilidad con la que se crearon, estas fechas han estado llenas de melancolías, de dudas, de distancia mal entendida y cercanía que parece una grotesca carcajada de burla.

El tiempo, al igual que la distancia, es completamente relativo; especialmente en nuestra ciber época cuando la persona con la que me siento mas conectada a un nivel emocional se encuentra a mas de 1000 km de distancia, cuando la calidez de una mano y un abrazo que cubra mi cuerpo con la delicadeza de la intima esencia del silencio proviene de una mano, de un brazo desconocido.

La distancia y el silencio han sido siempre grandes compañeros, amigos incluso en este viaje de sacudidas, arribas, abajos, picos y depresiones; nunca he sido muy buena para sobrellevarlas de la mejor manera posible, pero tampoco he sido del todo mala para ello, simplemente me atormenta el pensamiento.

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